Esperanza ya está haciendo de las suyas. Lo que está claro es que todos los días aporta alegría al resto de las monjas. Incluso anima a una de ellas a acudir al concierto de uno de sus cantantes favoritos. Y en lo que al padre Tomás se refiere, sus ansias de verlo en todo momento hacen que cualquier excusa sea buena para hablar con él.