Vuelve a disfrutar de una de las mejores superproducciones de los últimos años: Tierra Amarga
La matriarca de los Kirman se muestra vulnerable por primera vez
Hay dos razones de peso que hacen que Nujin recapacite sobre su decisión de castigar a Zehra, por huir a Estambul, con la pena de muerte.
Nujin es una mujer con mucho temperamento y, al ser la matriarca de los Kirman, es una mujer muy seria, fría y conservadora. La abuela de Ali no puede perdonar a Zehra su huida a Estambul y, ahora, debe ser castigada por sus actos. La sentencia de la abuela es clara: debe morir. Pero, la hermana de Ferman no es capaz de atentar contra su propia vida.
Esta situación le trae a la memoria de la abuela de Berfin viejos recuerdos. Su hermana mayor Reje tuvo que pagar, también, con su vida al escaparse de casa. Nujin, aunque era muy niña, recuerda a su padre cumplir con las ancestrales tradiciones turcas. No le tembló el pulso para acabar con Reje de un disparo en la cabeza. La madre de Kadim jamás ha olvidado cómo su padre la obligó a presenciar tal atrocidad.
Nujin no puede dejar de pensar en su hermana y decide a visitar su tumba en el cementerio después de muchos años sin ir. Por primera vez, rompe a llorar y se muestra vulnerable. Se desahoga y reprocha a su difunta hermana su rebeldía y la acusa de haber humillado y hundido a la familia Kirman. "Desafiaste la tradición, te escapaste de casa y tuviste que pagar el precio como lo hará Zehra", afirma con tristeza.
En ese momento, aparece Ibrahim, un viejo amigo de la familia, que está visitando la tumba de su hermano e intenta convencer a a Nujin para que no asesine a Zehra. "Quitar la vida a alguien es un pecado. Tu hermana Reje era una flor que nunca dejaron que floreciera", asegura el hombre muy serio. Además, anima a Nujin para que deje a un lado la rabia, el rencor y el odio que pueda sentir por Zehra y la familia de la pequeña.
Después de soñar con su hermana y de hablar con Ibrahim, que logra ablandar el corazón de Nujin, la madre de Gülsüm recapacita sobre el futuro de Zehra y decide perdonarla la vida.
Al volver a la mansión, entra en la habitación donde se encuentra presa la pequeña y se emociona al ver fotografías de su hermana y de ella cuando eran pequeñas y algunas de sus pertenencias allí. Es tal la emoción que, al final, acaba sufriendo un ataque al corazón y Devra culpa a Zehra de lo ocurrido a su abuela.