Vuelve a disfrutar de una de las mejores superproducciones de los últimos años: Tierra Amarga
Momento destacado
Tras salir de la cárcel, Sengül pierde a Orhan y descubre en su cama un pañuelo que Gönül dejó con mala intención en su cama.
Mientras Sengül está en prisión tras haber intoxicado por error a sus hijos y sobrinos con insecticida, Orhan regresa a casa para encargarse de los niños y, en medio del caos, encuentra en Gönül un apoyo inesperado. Cuando Sengül se entera de que esa mujer ha entrado en su casa durante su ausencia, monta en cólera y lanza una advertencia a su marido: ¡que no vuelva a permitirle la entrada!
En la cárcel, Sengül encuentra consuelo en una amiga que ha hecho a la que le confiesa que hay una mujer que intenta destruir a su familia. Sin que ella lo sepa, su compañera decide “agradecerle” el buen trato recibido por parte de ella en prisión organizando una venganza por su cuenta: contacta con unos primos para darle un escarmiento a Gönül… ¡y acaban destrozando su restaurante!
Al volver de uno de sus repartos, Orhan se topa con el local hecho un desastre y a Gönül llorando, desconsolada. La dueña le explica que unos hombres irrumpieron en el lugar y lo arrasaron por completo. Además, dejaron un mensaje muy claro: "Sengül te envía saludos. Deja en paz a su marido y no vuelvas a entrar en su casa". A Orhan le cuesta creer que su esposa haya sido capaz de orquestar algo así desde la cárcel.
Ajena a lo ocurrido, Sengül sale en libertad y regresa a casa con la intención de sorprender a su familia preparando una comida especial. Pero en lugar del recibimiento que esperaba, Orhan estalla nada más verla: "Ya veo que te han soltado. Ojalá no fuera así".
El padre de Aybike le reprende por lo ocurrido en el restaurante de Gönül y ella intenta justificarse, culpando a la mujer que conoció en prisión, pero su marido no quiere escucharla: "Quiero el divorcio. Te enviaré los papeles mañana a primera hora. Se ha terminado. Ya he tenido suficiente".
Impactada por sus palabras, Sengül se queda paralizada. A la mañana siguiente, mientras limpia la casa, la tía de los Eren encuentra un pañuelo de Gönül en su propia cama. No puede imaginar que Gönül lo haya dejado allí a propósito para desquiciarla.
Dominada por la rabia, se dirige al restaurante a exigir una explicación a la jefa de su marido. "¿Este pañuelo es tuyo?”, le pregunta. Al recibir una respuesta afirmativa, pierde el control: "Sé muy bien lo que estáis haciendo".
Y entonces, alzando la voz para que todo el barrio la escuche, grita: "Este hombre ha metido a otra mujer en la cama de su legítima esposa".
Orhan intenta explicarle que todo ha sido un malentendido, pero Sengül ya no está dispuesta a escucharlo.