Despidiendo a Nare Çelebi

Los momentos por los que siempre recordaremos a Nare en 'La hija del embajador'

Nare se ha convertido en un símbolo de lucha y fuerza, poniendo por delante de su felicidad la de los demás.

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Nare ha conseguido llegar al público con su fuerza y su amor por Melek, pero sobre todo por su sentido de la amistad y de la familia.

Nare Çelebi ha pasado por una infinidad de obstáculos durante toda su vida. A los 18 años Akin abusó de ella, y fue justo en ese momento en el que su vida se rompió. Llena de odio, dolor y miedo, una noche tuvo que atacarle para salvar su propia vida. Pero lejos de tener miedo, se atrevió a volver a su pasado y volver a Turquía. Un ejemplo más de lo que Nare era capaz de hacer con tal de evitar el dolor a su hija.

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Pero no todo iba a ser felicidad y el tiempo no se había detenido tras su huida convirtiéndose en una leyenda. Sancar ya se había casado con Menekse, una mujer que después le arruinaría la vida una y otra vez. Con en paso del tiempo, Sancar y Nare recordaron por qué se enamoraron, por qué lucharon por su amor a pesar de que nadie estaba a favor de ellos. Ellos dos eran una burbuja en un mundo en el que nadie aceptaba su relación, la de un campesino con la hija del embajador.

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Sancar, por fin, decidió apostar por Nare y le pidió el divorcio a Menekse para después pedirle matrimonio a Nare. Parecía que la felicidad se había instaurado en ella, algo que había ansiado durante muchos años y con lo que soñaba noche tras noche. Pero por culpa de Menekse, Nare se sintió mal por ser tan feliz y decidió romper su compromiso con Sancar, a pesar de que ambos estaban enamorados locamente.

Otro de los frentes que Nare tuvo abiertos durante mucho tiempo fue Güven. Su padre, el gran embajador, odió a Sancar desde el día que lo conoció, por lo que siempre puso trabas a su amor, llegando hasta el punto de conseguir que acabe en la cárcel.

Nare, rota de dolor, se tuvo que casar con Gediz, renunciando a su felicidad. Una felicidad que nunca creyó que podía existir pero que por unos días consiguió llegar a imaginar. Gediz, la primera persona en la que confió en su vuelta a Turquía, se convertirá en su mejor amigo.

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Tristemente, no conseguiría el objetivo final de su vida, ser feliz al lado de sus dos amores, su hija Melek, que se quedará al cuidado de su padre y del resto de la familia Efeoglu, y el propio Sancar, el hombre que le robó el corazón y que, a pesar de que hubo muchos años de rencor y dolor, nunca consiguió olvidar.

Nare Çelebi una gran mujer, a la que la vida no le dejó ser feliz con sus dos grandes amores: Melek y Sancar.

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