La madre de Kerem ha descubierto que tiene una enfermedad de la sangre y si los dos padres son portadores, los hijos también lo son. Para comprobarlo, le ha pedido a su otro hijo Burak que se haga unas pruebas, pero a Kerem no. Convencido de que no se lo ha pedido porque Burak es su hijo favorito, ha decidido hacérselas y ha descubierto que su madre no es quien dice ser.