Cantú las ha dejado en la ruina

Natalia y sus hijas se ven obligadas a abandonar su hogar tras haber sido abandonadas a su suerte por Adrián

Natalia y sus dos hijas se ven forzadas a dejar la mansión donde vivían después de ser traicionadas por Adrián Cantú. Ahora, tendrán que luchar por sobrevivir.

Natalia comunica a sus hijas que deben abandonar la mansión donde viven, tras la denuncia que ha interpuesto el padre de Omar Haddad, novio de Andrea, contra Adrián. La mayor de las hijas de Cantú reacciona negativamente ante la noticia y culpa a sus progenitores de lo ocurrido. Robles está destrozada. Se siente desvalida y traicionada por su esposo y le pide a Andrea que sea más comprensiva con ella. Adrián las ha dejado en la ruina y, ahora, Natalia debe pensar en cómo salir adelante. Las cuentas bancarias están vacías y no tienen dónde refugiarse. Para poder sobrevivir de momento, la mujer de Adrián va a empeñar sus joyas y vender su camioneta.

Natalia acude junto a su madre Teresa a casa de su hermana Constanza para pedirle ayuda. Necesita un lugar donde alojarse con sus hijas y su madre, pero su hermana se niega a acogerlas en su casa. En realidad, son hermanastras. Teresa tuvo un affaire con un hombre durante su matrimonio con el padre de Natalia, y fruto de esa relación nació Constanza, quien siempre se ha sentido marginada y despreciada por su progenitora. Finalmente, a la mujer de Gustavo se le ablanda el corazón y permite que su madre Teresa y su marido Claudio se muden a su casa temporalmente.

Constanza se encapricha con el collar de rubíes y pendientes que Adrián le regaló a Natalia el día de su aniversario de bodas y se los compra para que disponga de dinero en efectivo. Robles abandona la casa de su hermana entre lágrimas y Teresa le reprocha a su hija Constanza que no haya brindado su ayuda a su hermana ahora que lo necesita. "Algún día vas a tener que pagar por tu antipatía y tu soberbia", le dice su madre muy seria.

Todo se empieza a complicarse aún más para Natalia. El poderoso empresario Elías Haddad ha mandado desalojar la mansión de la familia Cantú de manera inmediata, y Robles ya no puede hacer nada para impedirlo. Regina y Andrea están en shock y Natalia se siente impotente.

Para salir del paso, Natalia y sus hijas se instalan en un hotel de la ciudad. Andrea, que está acostumbrada a la buena vida y a los lujos, culpa a su novio Omar de haberles arrebatado la mansión. Sin embargo, la mujer de Adrián la hace recapacitar y le asegura que el joven no debe pagar por los actos de su padre, Elías.

Las hijas de Natalia están hambrientas, y la esposa de Cantú sale del hotel para comprar comida. No se percata, pero un joven delincuente, que estaba en la recepción donde se alojan, la ha estado observando y sabe que en su bolso lleva un fajo de dinero que su hermana Constanza le entregó cuando compró las joyas que Adrián le regaló en su aniversario de bodas. Así que el criminal la sigue por las calles de la ciudad y aprovecha un descuido de ella para apropiarse de su bolso. Ahora, tiene un problema más. Se ha quedado sin el poco dinero que tenían para sobrevivir.

Mientras tanto, Adrián Cantú está en el Caribe disfrutando de la buena vida junto Verónica. Echa de menos a sus hijas, Andrea y Regina, pero su deseo es estar junto a su amante, a quien adora.