Gabino y Fedra, bajo sospecha: el entorno de Daniela les atribuye su envenenamiento y el sabotaje del rancho

Mateo y Ernesto están convencidos de que Gabino cuajó intencionadamente la leche del rancho, tal como lo detalla un estudio que han realizado. En él se explica que la leche fue manipulada y que no se trató de un descuido del hijo de Hilario como había asegurado Fedra. Por ello, Mateo y el padre de Valeria muestran el documento a la viuda de Alfonso, quien no tiene más remedio que asumir las consecuencias económicas de dicha pérdida.

Ernesto no solo sospecha que Fedra está detrás del incidente con la leche del rancho, sino también del envenenamiento de Daniela. Por eso, decide reunir a todos los trabajadores del hotel para informarles que, a partir de ahora, toda la alimentación de Daniela será supervisada por él, Elena o Valeria. La joven que ha estado envenenando a Daniela se asusta y llama a la madrastra de Natalia para contarle las medidas que ha adoptado la familia de Daniela.

La empleada del hotel ya no está dispuesta a seguir arriesgándose y decide romper su trato con Fedra. Su intención es dejar el trabajo y huir lejos para evitar ser detenida por la policía. Fedra intenta convencerla, pero ya ha tomado una decisión firme.

Mientras tanto, Mateo habla con los trabajadores del rancho. Les comunica que Gabino es el principal sospechoso de haber cuajado la leche y que, a partir de ahora, deben ser muy cuidadosos si no quieren perder sus empleos.

También, les informa que Gabino ya no representa a Fedra en el rancho, y que, si lo ven aparecer, le deben avisar de inmediato. "Lo que sucedió con la leche es muy grave. Si hubiéramos entregado la leche en ese estado, habrían clausurado el rancho y ahora estaríamos sin trabajo", les dice Mateo, visiblemente preocupado. Hasta que se instalen cámaras de seguridad, el hijo de Hilario les pide que se organicen para hacer guardias.