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Esma lucha por salir de la crisis económica en la que se encuentra su familia, pero sus esfuerzos son en vano

Esma intenta mejorar la situación económica familiar, pero no obtiene resultados positivos.

La situación económica de los Boran sigue siendo crítica. Esma ya no sabe qué hacer y visita a un joven empresario que estuvo trabajando para ellos cuando era un niño.

La madre de Faruk desea vender un terreno del que disponen por el que percibirían una importante cantidad de dinero y recurre a este inversor para que les eche una mano. Pero, él no dispone de dinero suficiente para comparles el solar y lo único que la ofrece es dar trabajo a sus hijos.

Esma abandona su despacho enojada y destrozada. Parece que nadie está dispuesto a echarles una mano.