Eva no sabe cómo reaccionar cuando Don Adriano, el dueño de la empresa, le dice que se ha enamorado de ella

Desde la muerte de su hermana Antonia, Don Adriano, el dueño de la empresa, ha sufrido varios desencuentros amorosos. Don Adriano siempre ha sido un hombre que ha tenido un especial interés en salir con muchachas mucho más jóvenes que él, pero la experiencia de su último romance le dejó secuelas. Se trataba de la hija de uno de los empresarios con los que estaba dispuesto a hacer negocios y cuando se enteró, estuvo a punto de ocurrir una tragedia, pues el padre quería tomarse la venganza con Don Adriano.

Todo esto le ha hecho reflexionar. En gran medida gracias a los consejos de Mimi, la mujer que ha convertido a Juna Carlos en Eva. Las conversaciones entre ambos, han hecho que Don Adriano cambie de punto de vista y ahora no está tan interesado en salir con chicas muy jóvenes, sino con mujeres algo más adultas.

El tiempo ha ido pasando y Adriano empieza a sentir algo especial por Eva. No se atreve a dar el paso hasta que un día decide invitarla a cenar. Allí, en un restaurante caro y con un ambiente romántico, le declara su amor. Eva se queda de piedra cuando se entera de las intenciones de Don Adriano. Está metida en un buen lío y sale de la cena romántica de la mejor manera posible aunque Don Adriano no se va a dar por vencido. Cuando Juan Carlos le cuanta a Mimi lo que le ha sucedido, Mimi se enfada y se entristece, pues creía que Don Adriano se había fijado en ella y resulta que de quien se ha enamorado es de Juan Carlos disfrazado como Eva.