Helena desconfía de Eva María, pero Eugenia defiende su inocencia: "Siempre ha luchado por limpiar el nombre de Juan Carlos"

Helena se presenta en la pensión de Mimí de la Rose, donde vive Eva María. Sospecha que la prometida de Adriano podría estar implicada en el fraude que salpicó a Juan Carlos, así que su intención es clara: entrar en su habitación y buscar pruebas que lo confirmen.

Sin embargo, De la Rose, que se hace pasar por su prima, se lo prohíbe tajantemente e indignada, le reprocha su desconfianza hacia su familiar. “Eva María es incapaz de hacer algo ilegal”, afirma con firmeza a Helena, la madre de Lalito.

Preocupada por la situación, Mimí llama a Eva María y le explica lo ocurrido. Eva le pide que intente calmarla hasta que ella llegue. Cuando se presenta en la pensión, Eva María se muestra molesta al saber que Helena quiso entrar en su habitación sin permiso. Pero Helena está demasiado alterada como para disculparse: necesita respuestas. Quiere saber por qué Eva María está tan interesada en el caso del desfalco que supuestamente cometió Juan Carlos.

Eva le explica que, como socia del Grupo Imperio, su deber es estar al tanto de todo lo que afecta a la empresa. Pero Helena va más allá: le revela que, al revisar el informe interno sobre las acusaciones contra Juan Carlos, encontró que el testigo clave que lo acusó de vender información confidencial fue Maximiliano Montes… el mismo hombre con el que, según rumores, Eva María tuvo un romance.

Además, le cuenta que también descubrió que alguien abrió una cuenta bancaria a nombre de la madre de Juan Carlos para transferir ahí el dinero del fraude. Un dato sospechoso, teniendo en cuenta que la supuesta prima de Mimí es amiga de Eugenia Mistral.

En ese momento, la mujer de Modesto irrumpe en la pensión. Defiende a Eva María asegurando que es una mujer íntegra, y le habla a Helena de la estrecha amistad que las une. También, revela un detalle inesperado: Eva María siempre dudó de la culpabilidad de Juan Carlos y, desde que llegó al Grupo Imperio, se ha dedicado a recopilar pruebas para limpiar su nombre.

Todo empieza a encajar, salvo una pieza clave del rompecabezas: ¿qué relación tuvo realmente Eva María con Maximiliano Montes? Finalmente, ella le confiesa a Helena que fingió estar enamorada de él para sacarle información.

La tensión se disipa. Helena, ahora más serena, comienza a creer en la inocencia de Juan Carlos. Todo gracias al testimonio de Eugenia Mistral, quien se muestra arrepentida por haberle mentido con la intención de proteger el honor de su hijo.