Vuelve a disfrutar de una de las mejores superproducciones de los últimos años: Tierra Amarga
Momento destacado
Plutarco le abre las puertas del Grupo Imperio a Rebeca… solo para convertirla como su chivo expiatorio.
Adriano, tras descubrir el desfalco cometido por Fernando y Rebeca, toma cartas en el asunto. Recibe al esposo de Marcela en su despacho y le exige su renuncia; Rebeca corre la misma suerte. El empresario no quiere que Oropeza siga en Grupo Imperio, y le encarga a Plutarco que la despida.
Cuando el prometido de Helena le pide que abandone la empresa, ella entra en cólera y se niega a marcharse. Es más, amenaza a Ramos con delatarlo ante Adriano si no lucha por conservar su puesto. Pero Plutarco quiere que se vaya a toda costa, y ya no le importan las amenazas de la que fue su mujer durante diez años. "Guarda tus cosas y vete", le dice fríamente.
Sin embargo, Rebeca tiene un as bajo la manga y no piensa desaprovechar la oportunidad de demostrar a Adriano que Plutarco no es el hombre que él cree. Se presenta en Grupo Imperio con una videocámara, dispuesta a mostrar una grabación comprometedora del novio de Helena. Pero el vídeo no está: alguien lo ha borrado misteriosamente. Rebeca se queda en shock, y Ramos, que aparece en el despacho de su jefe, intenta convencerlo de que su ex ha perdido el norte.
El chófer del Grupo Imperio, Onésimo Garza, le aconseja no despedirla. De ese modo, podrá tenerla más controlada y evitar que lo delate. Plutarco no había considerado esa posibilidad, pero le parece sensata. Además, si su proyecto con una constructora no prospera, podría usar a Rebeca como chivo expiatorio y cargarle toda la responsabilidad.
Decidido, el novio de Helena se presenta en su casa y le propone regresar a la empresa a cambio de su silencio y de no manchar su reputación. "Nada de amenazas, y ni una sola palabra contra mí", le asegura. Con tal de no renunciar a su estatus y nivel de vida, Oropeza acepta el trato. Pero no imagina que Plutarco le está tendiendo una trampa.
Ahora, a Plutarco le toca la parte más difícil: convencer a Adriano de que readmita a Rebeca en la empresa. Adriano fue tajante con Fernando y no dio su brazo a torcer, así que no será fácil. Sin embargo, Ramos logra convencerlo con sus artimañas, bajo una condición: Rebeca estará bajo su responsabilidad directa, y si comete un nuevo fraude, Adriano no dudará en denunciarla ante la policía lo que significaría la cárcel para ella. ¿Conseguirá Rebeca salir airosa de las trampas que le tiene preparadas Plutarco?