Los ricos también lloran

El primer encuentro entre Luis Alberto y Mariana no es el mejor posible

El hijo más problemático de Don Alberto se cruza con Mariana al llegar por la noche a la mansión. La sorpresa inicial da paso a ciertos reproches de la joven.

Mariana está alojada en la mansión de los Salvatierra después de que Don Alberto acudiera a su casa para agradecerle que le hubiera salvado la vida. Don Alberto llegó en un buen momento, pues Mariana estaba siendo desalojada de su apartamento ya que debía varios meses de alquiler y el propietario no quería que siguiera allí sin haberle pagado. La situación de la joven era desesperada, pues se encontraba en la calle sin un lugar donde dormir. Don Alberto no sabe cómo agradecerle su ayuda y lo primero que se le ocurre es llevarla a su mansión y ofrecerle que se quedara allí durante unos días hasta que solucione sus problemas.

Mariana al principio se resistía, pero después terminó aceptando la oferta, pues es la única posibilidad que tenía de dormir bajo un techo. A su llegada a la mansión, Mariana se queda de piedra cuando ve lo grande y lujosa que es. Ha acudido a la casa de los Salvatierra acompañada por su perro' pulgoso' pero el perro no aparece. Mariana sale al jardín a buscarlo y en lugar de encontrarlo, se topa con la llegada de Luis Alberto, uno de los hijos de Don Alberto y del que no le ha dicho buenas cosas, pues ambos mantienen una tensa relación.

Después de las presentaciones, Luis Alberto y Mariana tienen una conversación algo más profunda y ella le reprocha, sin conocerle de nada, su mala actitud hacia su padre. Luis Alberto no se lo toma demasiado mal y decide dejar la conversación para otro momento.