Vuelve a disfrutar de una de las mejores superproducciones de los últimos años: Tierra Amarga
Estas son las claves del capítulo final
La serie de Los ricos también lloran ha cautivado a miles de espectadores de lunes a viernes en Nova y el esperado final no iba a ser menos. ¡Revivimos los momentos culminantes de la serie!
Soraya no está en sus cabales, y la idea de pensar que Luis Alberto y Mariana puedan ser felices le ha hecho perder la cabeza. Decide incendiar la casa abandonada donde los tiene retenidos para que fallezcan. Al final, se produce un forcejeo entre ella y el hijo de don Alberto, y Soraya se golpea fuertemente la cabeza al caer al suelo, lo que permite al empresario liberar a Mariana y a su primogénito y salvar sus vidas. Sin embargo, Soraya no corre la misma suerte. Termina atrapada por las llamas, y Luis Alberto no puede hacer nada por salvarla.
Ya en la mansión, Luis Alberto no puede evitar pensar en Soraya y en todo el daño que ha causado a los Salvatierra. La malvada Montenegro se aprovechó de la debilidad de su familia para destruirlos, y él está muy arrepentido de haber dudado de su esposa y de lo injusto que fue con Santiago, el hijo de Daniela. Mariana no le guarda rencor; solo quiere recuperar el tiempo perdido con su marido e hijo, y él le propone volver a casarse con ella. La hija de Pedro Villarreal acepta encantada.
A la mañana siguiente, Luis Alberto acude a la empresa Industrias Salvatierra y entra en el despacho que fue de su padre y que, ahora, es el suyo. No puede evitar emocionarse al recordar a su hermano Matías, a quien echa mucho de menos, y a su padre, don Alberto. "Voy a hacer todo lo que esté en mis manos para continuar tu legado", le promete a su progenitor entre lágrimas.
Meses después, Mariana y Luis Alberto renuevan sus votos matrimoniales ante su familia y amigos más cercanos en una ceremonia muy emotiva.
Durante el convite, la amiga de Britny hace un brindis por todos los seres queridos que ya no están con ellos, y en especial, recuerda a sus padres, Pedro y Virginia; a Rafael, su padre biológico; a su madrina Isolda; a Guadalupe, su compañera de trabajo que no pudo superar su larga enfermedad; y a don Alberto, quien fue como un padre para ella y a quien le dedica unas palabras muy emotivas: "Gracias por haber salvado mi vida en un momento en el que creí que lo había perdido todo", agradece al empresario ya fallecido.
Luis Alberto, también, aprovecha para brindar por su madre y su amor infinito; por su padre, a quien considera su mayor ejemplo de vida; por Daniela; por Mariana y, por supuesto, por su hijo Betito. Pero tampoco quiere olvidarse de sus buenos amigos y de Santiago, quien ha sido como un hermano para él y nunca lo ha traicionado.
Ya en la intimidad, Mariana le confiesa a Luis Alberto que está embarazada, y la noticia llena de alegría al empresario. Y, al final, como no podía ser de otra forma, terminan fundiéndose en un apasionado beso y profesándose amor eterno.