Los celos convierten a la hija de Augusto en una mujer muy peligrosa

Carlota, en su intento por alejar a Mariluz de Jesús, comete una locura que casi acaba con la vida de la florista

Carlota, en su afán por separar a Mariluz de Jesús, comete una locura que casi le cuesta la vida a la hija de Guadalupe.

Carlota aprovecha que Mariluz está en la mansión revisando unas claves del ordenador de Augusto para ponerla en la bebida unos somníferos.

A los pocos minutos, la florista comienza a sentirse mareada y confundida y la hermana de Doménica la acompaña al jardín para que respire aire fresco. En ese momento, no hay nadie allí, así que la malvada joven tira a la piscina a la hija de Guadalupe.

Para que nadie le acuse de lo sucedido, Carlota regresa a la mansión y se pone a hacer un pastel para Jesús. Su marido llega a casa y encuentra a la joven en el agua inconsciente. El hijo de Octavio consigue sacarla a la superficie y reanimarla.

Llega una ambulancia para trasladar a Mariluz al hospital. La nieta de Conchita ha tragado mucha agua y deben examinarla. Su madre está muy preocupada por ella.

Ya en el hospital, el médico no da buenas noticias a Guadalupe. La joven tiene agua en los pulmones y su vida corre peligro. Si no consiguen estabilizarla, podría morir.

Jesús se acerca al hospital a visitar a la mujer que ama y, cuando Guadalupe lo ve allí, entra en cólera. No quiere que el hijo de Octavio se acerca a ella. Teme que Carlota esté detrás de lo sucedido a su hija y no desea que la exponga a un mayor peligro por estar cerca de ella.

Jesús sospecha, también, que su mujer sea la responsable de lo ocurrido a Mariluz y la advierte. "Si intentas hacer daño a Mariluz, cuando nazca nuestro hijo, te lo voy a quitar", le dice a la hija de Ruiz Montalvo en tono amenazante.

Carlota niega cualquier implicación en lo sucedido a la hija de Guadalupe y le pide que no dude de ella. La joven aprovecha la ocasión para acercarse a él, pero el hermano de Samuel le vuelve a recordar que jamás la querrá. "Te voy a responder como un padre, pero no como un esposo", le asegura a Carlota, pero la hija de Augusto no se conforma con lo que está dispuesto a darle y le invita a irse de la mansión para siempre y a olvidarse del hijo que van a tener. Jesús no se imagina que, en realidad, el padre del niño que está esperando Carlota es Iker, el exnovio de Doménica.