Vuelve a disfrutar de una de las mejores superproducciones de los últimos años: Tierra Amarga
Viven un momento mágico
Nazli casi no llega a la fiesta, pero consigue lo impensable: bailar con Alí.
Ezo ha organizado un baile para celebrar que Alí ha vuelto con Nazli, aunque sus verdaderas intenciones están lejos de ser inocentes. Mientras tanto, Doruk sospecha que Vefa siente algo por la hija de Vuslat. Alí, sin embargo, le confiesa que su incomodidad cada vez que la ve no se debe a sentimientos románticos, sino a que su madre, la señora Kozoğlu, le prohibió acercarse a ella por tener autismo. Ante esto, Doruk le aconseja que se mantenga alejado de la joven diesñadora de moda para evitar problemas.
Mientras tanto, Ezo idea un plan para impedir que Nazli llegue a tiempo a la fiesta. Pide a una amiga, la que le ha hecho el vestido a la joven doctora, que la llame para decirle que ha surgido un problema con su vestimenta y que necesita que vaya a recogerlo a la tienda.
Además, Ezo lleva su plan más allá: sabotea el ascensor en el que se encuentra Gülengül para asegurarse de que no asista al evento. "No tengo intención de hacerle nada malo. Alí es el único amigo que me ha aceptado tal y como soy, sin juzgarme, y tengo que hablar con él para que me diga qué le pasa conmigo", le explica Ezo a su amiga.
Durante la fiesta, Ezo aprovecha la ausencia de Nazli para preguntarle a Alí por qué ha elegido a la doctora en lugar de a ella. Es entonces cuando Vefa se sincera con ella con una declaración que la deja sin palabras: "Tiene una voz preciosa, cuando habla me acaricia los oídos. Su olor me encanta, le huele de maravilla el pelo y sus manos son las únicas que me atrevo a tocar porque parecen hechas de algodón. La quiero con todo mi alma".
En ese preciso momento, Nazli llega a la fiesta tras conseguir salir del ascensor en el que estaba atrapada. Su belleza deja a Vefa completamente impactado, y sin pensárselo dos veces, se marcha con ella, dejando a Ezo sola.
Esa misma noche ocurre algo aún más inesperado: Gülengül consigue que Alí, por primera vez, acceda a bailar con alguien. La abraza, la toma de la mano y ambos viven un momento mágico bajo la atenta mirada de todos los presentes.
Desde un rincón, Ezo los observa con tristeza y envidia. Es entonces cuando comprende que Alí está completemente enamorada de Nazli y que conquistarlo es práctimente imposible.