Vuelve a disfrutar de una de las mejores superproducciones de los últimos años: Tierra Amarga
Nunca lo superó
Nazli se enfrenta a su pasado: el trauma de crecer con un padre alcohólico sale a la luz.
Nazli guarda un secreto de su pasado que nadie conoce. Sin embargo, mientras trata a un paciente drogadicto y exconvicto, decide sacarlo a la luz. Siente la necesidad de desahogarse con él y confesarle aquello que la ha atormentado desde su infancia.
Le revela que su padre era alcohólico y que, cuando ella era pequeña, protagonizó un escándalo en su colegio. Se presentó en la escuela con una botella en la mano sin preocuparse por ocultar su adicción, a pesar de ser el director del centro. Ante la mirada de profesores, alumnos y de su propia hija, se expuso sin reparos, marcando para siempre la vida de Nazli.
Desde aquel día, su vida se convirtió en un auténtico infierno. Sin embargo, a pesar del dolor y la vergüenza, jamás buscó refugio en el alcohol o las drogas. En su lugar, decidió luchar por salir adelante. "Me esforcé de verdad. Mi padre destrozaba algo y yo lo arreglaba", le confiesa a su paciente.
Aún sigue dolida con su progenitor. No logra entender cómo pudo humillarla de esa manera cuando ella era solo una niña, tan pequeña y vulnerable.
Sin embargo, gracias al adicto al que está tratando en Berhayat, ha comprendido algo que nunca antes había considerado: su padre no solo era un hombre con una adicción, sino que, en realidad, quería morir y no tenía el valor para hacerlo por sí mismo. En el fondo, sospecha que el joven atracador que tiene delante siente lo mismo. Tal vez robó en aquella tienda no solo para conseguir dinero o drogas, sino para provocar una situación en la que alguien terminara con su vida.
Al escucharla, el criminal se siente profundamente identificado con su historia y no puede evitar emocionarse.