Vuelve a disfrutar de una de las mejores superproducciones de los últimos años: Tierra Amarga
Momento destacado
La hermana de Don Adriano no ha podido superar el trauma de ver a Plutarco en la cama con Rebeca. Se lleva el secreto de Eva a la tumba.
Doña Antonia ha recuperado el autoestima gracias a Eva. Ambas han viajado hasta la playa para cerrar unos negocios y, de paso, aprovechar el tiempo y conocerse un poco más. Antonia se siente muy a gusto con Eva, la nueva compañera en Grupo Imperio con la que ha contactado muy bien. Pero lo que Antonia no podía imaginar es que Eva era una mentira.
Mientras están en la habitación, descubre que Eva en realidad es Juan Carlos, el antiguo compañero de la empresa al que todos dieron por muerto después de descubrirse una estafa de millones de dólares. Antonia no sabe muy bien qué decir, está muy dolida pues consideraba a Eva como su mejor y única amiga, pero ahora descubre que todo es una gran mentira. Juan Carlos intenta explicarle los motivos que le han llevado a convertirse en Eva y quiere demostrarle a Antonia que ya no es aquel tipo frío, chulesco y distante que conoció en la empresa. Antonia necesita tiempo para procesarlo tos y ver qué puede hacer. Juan Carlos le ha suplicado que, de momento, no le diga a nadie su verdadera identidad.
Con el corazón roto, Antonia regresa a la ciudad antes de tiempo pues no se siente con fuerzas para seguir y estar junto a Eve (o deberíamos decir Juan Carlos); pero en su regreso se va a encontrar una sorpresa todavía más dura. En casa descubre que Plutarco le es infiel con Rebeca, su asistente. Antonia no puede creer lo que ven sus ojos. Ha defendido siempre a Plutarco e incluso no ha querido aceptar la versión de Juna Carlos que sospecha que su marido está detrás del fraude a la empresa.
Tras el shock inicial, Antonia se recompone y amenaza a Plutarco con divorciarse y quitarle todo lo que tiene, pues está todo a su nombre. Plutarco no puede permitírselo y sería su final. La bronca que tienen ambos es descomunal y termina de la peor manera posible. Antonia sufre un coma diabético que la lleva al hospital. Allí nada pueden hacer los médicos por salvarle la vida.
Plutarco respira aliviado al ver que se ha librado de su esposa y no le ha contado a nadie su infidelidad. Eva, muy triste y con cargo de conciencia, pues piensa que su descubrimiento ha podido influir en la salud de Antonia.