El test de ADN confirma sus sospechas: Mariana descubre que Tomás es su hijo y lo colma de atenciones

Mariana está convencida de que Tomás es su hijo, pero, para quedarse más tranquila, decide hacerle una prueba de ADN. Los resultados son claros: él es su primogénito, Betito. La esposa de Luis Alberto no se percata de la presencia de Soraya, quien ha salido de prisión gracias a la ayuda de Víctor. La malvada Montenegro descubre que su hermana ya sabe de la existencia de su hijo, lo cual la enfurece.

El mayor deseo de Mariana es confesarle a Tomás que es su hijo biológico y revelar a Luis Alberto que su primogénito está vivo, pero le ha hecho una promesa a José, el hombre que cuidó a Tomás. Hasta que su esposa, Rita, se recupere de la enfermedad que padece, Mariana deberá mantener en secreto su verdadera identidad.

Ansiosa por ver a su hijo de cerca, Mariana entra en la habitación de Rita, quien está acompañada por Tomás, que no se separa de ella en todo el día. El joven está muy agradecido con Mariana por todo lo que está haciendo por su madre adoptiva. Está costeando todos los gastos de hospitalización y, tanto él como su supuesto padre, le dan las gracias.

Además, Mariana les alquila un apartamento para que puedan quedarse ahí hasta que Rita reciba el alta hospitalaria y les entrega teléfonos móviles para que puedan comunicarse con ella.

Mariana desea encontrar a Chícharo, el hermano de José, para averiguar cómo llegó su hijo a sus manos. Becerra logra localizarlo y se lo comunica a Mariana. La joven Salvatierra se dirige al hotel donde está alojado y lo acusa de haber secuestrado a su hijo. Sin embargo, Chícharo le asegura que encontró a su primogénito en una casa que estaba en llamas. Le asegura que lo único que hizo fue salvarle la vida y entregárselo a José para que lo criara junto a su esposa, Rita. Mariana no se da cuenta de que Soraya está en la habitación, apuntando a Chícharo con una pistola y lo ha amanezado para que no revele que fue ella quien secuestró a Betito.