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Mihrimah pone en bandeja la cabeza de su marido Rustem después de que hubiera traicionado a su hermano

La lucha entre los hermanos de Mihrimah por hacerse con un hueco en el imperio termina mal para el Gran Visir Rustem, artífice de la traición.

La ambición de Hürren no tenía límites y llegó a darle la mano de su hija Mihrimah a Rustem, el hombre que en ese momento estaba moviendo los hilos del imperio tras el asesinato de Ibrahim. El matrimonio con Rustem nunca fue lo que Mihrimah había deseado, pero siempre quiso hacer caso a su madre y terminó por aceptarlo. Parecía que entre ambos reinaba la convivencia, pero la muerte de Hürren y la lucha fratricida entre Bayaceto y Selim, las cosas en el matrimonio se han deteriorado notablemente.

Mihrimah ha descubierto el juego sucio de su marido que ha llegado a traicionar a Bayaceto en beneficio de Selim, aunque ella había apostado por Bayaceto, poniendo en peligro la vida de toda la familia. Mihrimah. Ya no existe amor entre ellos y sí una completa desconfianza. Por eso, Mihrimah ha dado el paso definitivo para quitarse a Rustem de en medio. El Gran Visir ha acumulado muchos enemigos, entre ellos a la mano derecha de Bayaceto que ha jurado venganza. Mihrimah se la pone en bandeja de plata.