Mihrimah y Rustem toman partido por uno de sus hermanos en la guerra fratricida que se avecina

Aunque el sultán Solimán sigue gobernando el imperio otomano, sus hijos luchan por colocarse en una posición privilegiada para sucederle cuando este falte. Hasta ahora Hürrem, su madre, había mantenido a raya a Bayaceto y a Selim. Pero tras su muerte, los acontecimientos se han precipitado. Ambos se han declarado la guerra y lucharán hasta el final por ser el sucesor de Solimán cuando este muera.

Mihrimah, su hermana, está muy preocupada por la situación, pero ha tomado partido por su hermano Bayaceto, al que considera legítimo heredero al trono. No quiere un enfrentamiento entre sus hermanos, pero sabe que es inevitable, por eso se ha posicionado por uno de ellos. Intenta convencer a Rustem, su marido, de que hay que apoyar a Bayaceto decididamente, pero Rustem es un político experimentado y sabe que no es bueno decantarse por uno de los contendientes en una batalla sin saber si va a salir vencedor.