Tras el cristal

Adil se harta de Feride después de los problemas que casi acaban con Nalan y la acusa de estar loca

Feride se ha tomado muy mal el beso de Nalan y Sedat y el castigoestá a punto de costarle la vida a su hija. Adil no puede más y acusa directamente a su mujer.

Las obsesiones de Feride la han llevado a castigar duramente a Nalan al descubrir que se ha besado con Sedat a la salida de un restaurante y sin estar todavía casados. Aislada en el sótano, golpeada, escribiendo sin descanso una y otra vez unas frases de arrepentimiento y obligada a beber un extraño brebaje preparado con hierbas que supuestamente la van a purificar, Nalan ha llegado a un punto límite de aguante físico. Los Koroglu han venido a visitar a la prometida, pero Feride les ha dicho que Nalan está indispuesta y no puede salir. Ella intenta sobreponerse, pero el brebaje la está perjudicando seriamente. Muzo llega justo a tiempo para dar la voz de alarma y los Ipegloku, con Adil ala cabeza, llaman al médico ante la difícil situación de Nalan.

Afortunadamente el médico ha logrado evitar la peor de las situaciones y Nalan se recuperará, aunque todavía se encuentra muy débil en su habitación. Adil, que conoce los problemas mentales de su mujer, le pregunta a Nalan qué es lo que ha pasado. Ella no dice nada comprometido, pero Adil sabe que Feride está detrás de lo que ha sucedido.

Adil le pregunta directamente a su mujer qué es lo que ha hecho y si no se da cuenta de que ha estado a punto de acabar con la vida de Nalan. La acusa de estar loca y le pide que intente superar lo ocurrido en el pasado con su hija Semha. Feride se defiende y asegura que su obligación es lograr que Nalan esté libre de pecado cuando llegue a la boda.