Vuelve a disfrutar de una de las mejores superproducciones de los últimos años: Tierra Amarga
A pesar de sus problemas con Melek
La llegada de Melek y sus tres hijos a la mansión de Seyit Alí también ha supuesto una conmoción sentimental para el patriarca de la familia Karadag.
Seyit Alí cerró la puerta de su mansión en la cara de su hija Melek en cuanto la vio aparecer por ahí acompañada por sus hijos. La primera impresión que ellos se llevaron del abuelo que no conocían, fue penosa. Al cabo de unos días las cosas no han mejorado demasiado. Aunque se ha permitido a Melek dormir en la mansión con sus hijos, la indiferencia y el desprecio hacia ellos es constante si exceptuamos a la hermana de Seyit Alí.
Sin embargo, al ir pasando los días, poco a poco se ha ido ablandando el corazón de Seyit Alí, el patriarca de la familia. Él tiene un profundo dilema interior. Por un lado, después de la huida de su hija hace 20 años dejando colgado a Halil con quien se iba a casar, supuso el desencadenante de una grave crisis no solo familiar, sino también con la familia Sirham, a la que estaban muy unidos. Ahora, tras la aparición de Melek, Cumali, el patriarca de los Sirham, exige a su antiguo amigo que obre en consecuencia y despida de su casa a Malek para vengar así la grave humillación sufrida hace 20 años.
Por otro lado, aunque Seyit está profundamente enfadado por lo ocurrido con su hija, al verla en la puerta acompañada por los nietos que no conocía, se ha abierto una rayo de alegría y cariño en su corazón, aunque no quiere dejarlo entrever demasiado. Con la complicidad de Nefise, hermana de Seyit Alí y tía de Melek, las cosas entre abuelo y nieto empiezan a mejorar mucho.